Hace unos meses nos encontramos con la noticia de que seremos padres. Noticia que genera (además de evidente felicidad) una mezcla de adrenalina, emociones y muchas pero muchas preguntas.
Quizás la más importante de todas es ¿cómo queremos que nuestra hija llegue al mundo?
Nos encontramos una vez más en un camino de transición. No somos los primeros, seguramente, pero tampoco los últimos. Sorprende ver y darse cuenta cómo los nacimientos se han estandarizado, institucionalizado, y automatizado. Y ya muchos de nosotros ni nos preguntamos por qué, o si hay otra forma mejor.
No nos han faltado desde el primer minuto consejos, observaciones, mandatos, sugerencias, Muchos de ellos bien intencionados pero fuera de (nuestra) sintonía, otros replicados y reproducidos casi sin pensar o cuestionar el porqué de ciertas cosas, otros muy sabios e invitantes a la reflexión.
“Una cesárea es lo más seguro”
“Hay que esperar que el cordón deje de latir antes de cortarlo”
“Los que eligen parto en casa es porque siguen una moda”
“Cuando llegamos al Hospital luego de intentar que nuestro hijo naciera en casa, recibimos un trato hostil y tuvimos que estar en constante alerta para hacer valer nuestros deseos y derechos”
“Entre el Hospital y la Clínica, es mil veces mejor el trato humano del Hospital”
“Estando en el Hospital con mi hija recién nacida compartí habitación con otra madre y su hija también reciente. Y ví cuando una enfermera entró a la habitación y se llevó el bebé a un control sin avisar a la madre que se encontraba en el baño en ese momento”
“La partera que iba a acompañarnos en el nacimiento en casa no llegó a tiempo”
“Tenés que ver al obstetra X”
“Ni pensar en parir acá en la Clínica porque no hay Neonatología. Y si la necesitás de urgencia?”
…
Tuvimos muchas conversaciones con diferentes personas: profesionales, padres y madres. Vimos videos. Leímos libros. Escuchamos historias. Discutimos opciones entre nosotros.
Llegó un punto en el que el bombardeo de información fue tal que necesitamos ordenar las ideas. Fue necesaria la divergencia para empezar a sentir que teníamos que tomar decisiones. Y armamos un mapa como el siguiente:
Viviendo en Chascomús se nos planteaban varias posibilidades, empezando por Parto en Casa o Parto en Institución.
Parto en Casa: Quién nos puede acompañar? Qué se necesita mínimamente para llevarlo adelante minimizando los riesgos? Qué pasa si necesitamos salir de casa e ir al Hospital?
En Villa General Belgrano, Córdoba, está Awaike, una escuela de partería en la tradición, que rescata la tradición de la partería en casa.
Parto en Institución: en cuál? Si la partera X está de turno en nuestro parto estamos tranquilos, pero si no? El doctor Y no quiere complicarse con un posible juicio por mala praxis y eso nos da la pauta de que no vamos a poder cuestionar ninguna de sus decisiones, aunque nos resulten abusivas.
Y si vamos a Buenos Aires? Y la Maternidad de Moreno-Estela de Carlotto? Y si vamos a La Plata? Con qué profesional? En qué institución?
Hubo algo que nunca dudamos y que ayudó a tomar las decisiones que tomamos. La llegada de nuestra hija debe ser un PARTO RESPETADO. Qué implica?
-Que su papá y su mamá estaremos juntos en el todo el proceso de su nacimiento.
-Que los tiempos de su llegada son únicos, incalculables con anticipación y que deben ser respetados (y no acelerados).
-Que no queremos intervenciones “de rutina” como el goteo de oxitocina sintética, la colocación de vía, la episiotomía, la peridural, la posición horizontal para parir.
-Que una vez que nace, esté con nosotros piel a piel.
-Que no le corten el cordón cuando aún recibe el último bombeo de sangre tan necesario para protegerla de una anemia y que le termina de inflar los pulmones y sirve para desagotar lo último de líquido amniótico.
-Que no le practiquen procedimientos invasivos como desobstrucción de vías.
Accediendo al texto de la ley de parto respetado (Ley Nacional 25.929, reglamentada por el decreto 2035/2015), se puede comprender todo lo que implica hoy ante la ley que un parto sea así. Habiendo una ley nacional, al 2013 todavía varias provincias no habían adherido a ella. Este informe de UNICEF muestra cómo hasta 2013, por ejemplo la provincia de Bs. As. no adhería a ella.
Ni más ni menos, que entendamos todos que el nacimiento es un proceso fisiológico y no un procedimiento estandarizable.
Llegamos a una obstetra que parece comprender lo que buscamos. Que nos dedicó más de 1 hora y cuarto en la primera consulta (cuando actualmente el sistema médico establece consultas de 15 minutos). Que nos contesta todas nuestras preguntas. Que atiende en una institución que fuimos a conocer anticipadamente. Institución donde nos recibieron y nos dedicaron parte de su jornada una obstetra y una neonatóloga para explicarnos lo que necesitamos que nos expliquen. Es en La Plata. Implica que viajamos. Hubiéramos preferido no tener que viajar. Pero es la combinación de factores que encontramos más en sintonía con lo que queremos.
Y venimos transitando un embarazo saludable, con cuidados conscientes, y sobre todo dejándonos ser y sentir. Escuchando a nuestra hija desde la panza. Ella está haciendo todo lo necesario para llegar a este mundo de una manera feliz, plena y sin intervenciones.
Nosotros, sus papás, no podemos dejar de hacer lo posible que así sea.